HISTORIA DEL AMARANTO
Existen registros históricos que datan de los 5.000 a 3.500 años antes de Jesucristo en el llamado periodo preagrícola. Se cultivó en Sudamérica, Amaranthus Caudatus (semilla clara) y en Centro América el Amaranthus cruentus.
Según varios autores, el cultivo y consumo del amaranto o coime en Bolivia se remonta a la época del Tahuantinsuyo donde la distribución de las tierras, el sistema de producción y las formas de organización del trabajo permitieron cultivar grandes volúmenes de amaranto destinados al consumo privilegiado de los sacerdotes, nobles, guerreros y como ofrenda religiosa. Las civilizaciones precolombinas de Mesoamérica y Sudamérica también contaban con prácticas eficientes de almacenaje y preservación de grandes volúmenes de grano como estrategia efectiva de seguridad alimentaria y atención oportuna a desastres.
Además el amaranto fue utilizado también como planta ceremonial en el imperio Azteca. En varios días del calendario religioso, las mujeres aztecas o incaicas molían o tostaban la semilla del Amaranto, mezclándola con miel de abeja o con sangre humana; dándole forma de pájaros culebras, venados, o montañas y Dioses, las comían con respeto y recogimiento como comida de los Dioses.
La “conquista” española del “nuevo mundo”, causó un desequilibrio en la sociedad incaica desestructurando el modelo social, económico y político. La costumbre alimentaria de los españoles, y el viejo dicho “sólo de pan vive el hombre” cambió muchos cultivos nativos, por la siembra de trigo y productos utilizados en la dieta alimentaria de los recién llegados.
Lamentablemente, durante la colonia, el año 1540, mediante el Código Mendoza fue prohibido el cultivo y consumo de amaranto bajo pena de muerte. La aparente justificación de esta medida era que se trataba de un grano sacrílego utilizado en ceremonias y ritos paganos mezclado con sangre humana.
Hoy en día, se reconoce, valora y consume los granos industrializados de amaranto en diferentes países de Europa, Asia, Centro y Sud América por su comprobado valor nutritivo, altos contenidos de proteína, aminoácidos, vitaminas, minerales, aceites esenciales, colorantes naturales, bajo colesterol, alto contenido de fibra, además , con cuidados específicos, es un alimento que puede almacenarse por mucho tiempo, lo que puede garantizar la seguridad alimentaria. En los Estados Unidos de Norte América, luego de la investigación del Dr. Nery sobre las cualidades y versatilidad del amaranto, durante la misión espacial “ATLANTIS”, se lo viene utilizando como alimento base de los astronautas en misiones especiales de la NASA.
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